lunes, 23 de diciembre de 2013

LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS



A este libro le he dedicado más tiempo de lo normal, ya que por motivos familiares que han marcado mi vida, D.E.P TIBURÓN, me era imposible concentrarme y dedicarle el tiempo necesario a uno de mis hobbys, la lectura. Os cuento un poco de que va este libro tan interesante, que nos dá la posibilidad de calificar a la protagonista de esta historia y nos hace dudar a momentos de lo verdadero y lo falso.
Todo comienza con la entrada en un manicomio de Castilla de Alice Gould, detective en pos de resolver un caso de asesinato cuyo asesino está recluido en el recinto. Fingiendo una paranoia y caso de envenenamiento, con la ayuda de su marido y del doctor Donadío (que ella cree el doctor Raimundo García del Olmo, el cliente que le encargó la resolución del asesinato de su padre) se interna falsamente en el centro de sanidad para investigar.
El recinto experimentaba el régimen abierto, consistente en la libertad de los presos conforme a movimientos y dependiendo del nivel de su intoxicación mental.
Transcurren los días y tras los problemas iniciales de adaptación Alice va cumpliendo su obligación mientras Samuel Alvar, su cómplice, director del manicomio, regresa de un viaje, suceso que le toma por sorpresa.
Durante su estancia, es víctima de intolerancias hacia lo que puede o no poseer, llega a matar a un hombre involuntariamente por intento de violación, conoce a muchos de los reclusos y va creándose amistades entre los médicos, los enfermeros y enfermos.
En las consultas su diagnóstico momentáneo era: “personalidad superior, espíritu exquisito, altamente cultivada. Carece de taras visibles.” Según Montserrat Castell y Cesar Arellano, su médico. Se comienza la duda de su paranoia por sus grandes cualidades.
Al regresar Samuel Alvar del viaje recibe a Alice, y tras que ella le relate el progreso de su investigación, que él finge conocer, pero después afirma que no, para ella supone una duda en su cordura propia.
Con esto, Alice piensa en la conspiración, por un lado los médicos trazan su diagnóstico (doble paranoia, la verdad y la mentira) después de la historia contada a Samuel, (que le otorgó la camisa de fuerza por el abofeteo al llamarla loca) mientras ella investiga por su cuenta para probar que lo que dice es verdad, entre otras cosas, pidiendo que el doctor del Olmo, su cliente, se presente, para corroborar su investigación.
Como venganza por esta humillación, al ser llamada días después a la junta de médicos, humilla a Samuel y relata la totalidad del caso. Se gana la admiración de todos los médicos, y el odio de Alvar.
Más adelante mientras todo sigue su curso en el interior del manicomio dos etarras sociópatas serán encerrados, y más adelante, asesinados, coincidiendo con suicidios y otro asesinato más durante una excursión. El régimen abierto era inconstante y aumentaba el número de muertes.
Alice investigaría el caso por su cuenta, llegando a resolver todos los enigmas (en caso de la muerte de los etarras el autor fue Machimbarrena, y de Remo el Hombre Elefante, autor también del asesinato del padre de García del Olmo como desvelaría más adelante) y en su preciso momento, relatarlo a la policía ganando la admiración de estos por su gran coherencia y razón. Alice tenía emocionalmente consigo a todo el manicomio.
Llegó el día en el que contaría lo descubierto a García del Olmo, y para sorpresa que ese no fuese el que ella recordaba, dejándola en un shock, y siendo esto excusa para que Samuel le quisiese aplicar el tratamiento más fuerte para que olvidara la paranoia. Decidió escapar, y no lo logró, siendo internada tras su captura en la “jaula”.
Rosellini, el encargado de esa sección le otorgó su ayuda redactaron una carta para destituir a Samuel Alvar por diversos cargos y que todo el hospital aprobó. Samuel sería destituido o trasladado como pidió él.
No había duda, Alice estaba sana y había ganado, la nueva directora, Dolores Bernardos, le concedió la libertad, a ella y a Ignacio Urquieta, uno de sus compañeros, este con fobia al agua.
Una investigadora amiga, María Luisa Fernández, ayudó a Alice a comprobar que su marido le robó, cuando descubrió que García del Olmo no era quien esperaba que fuese. (Para probar que le habían tendido una trampa)
Esta misma, momento antes de la salida en libertad de Alice, relató que había descubierto que realmente estaba enferma y padecía la paranoia, que el Dr García del Olmo era en realidad Donadío, y que le había encerrado voluntariamente, conocedores del mal que tenía, su marido y él. Su marido aprovechó para estafarle.
Perplejos ante la realidad, pidió Dolores Bernardos una votación tras la argumentación positiva a favor de Alice Gould por parte de su médico el doctor Arellano, dejándola a esta partir, porque la causa de su mal, había desaparecido, su marido. (Que se dio a la fuga)
Alice, volvería al manicomio, a sustituir a la Castell, presa de la dependencia patológica al hospital.

jueves, 28 de febrero de 2013

EL MÉDICO

La novela trata sobre la vida Rob J. Cole, que en sus inicios fue un niño hijo de una familia del gremio de carpinteros de Londres. A los nueve años se queda huérfano. La muerte de sus padres le descubre «su don», ya que es capaz de percibir si alguien está próximo a la muerte sólo con tocarlo. Durante unos días se encarga del cuidado de sus cuatro hermanos, a quienes el jefe del gremio va encontrando nuevos hogares poco a poco. Cuando se queda solo, bajo el peligro de ser vendido como esclavo, fortuitamente pasará a ser el ayudante-aprendiz de Henry Croft (Barber), un hombre campechano que recorre Inglaterra montando espectáculos de malabarismo para atraer al público a su negocio de cirujano-barbero, donde realiza pequeñas curas y vende un brebaje curalotodo: la «Panacea Universal». Los viajes que realizarán en los siguientes años dan a Rob la esperanza de reencontrarse con sus hermanos pequeños, pero su búsqueda resulta infructuosa. Durante años comparten cartel y llegarán a repartirse los beneficios de los espectáculos tras terminar su periodo de aprendiz, hasta que un día Barbe muere de un ataque al corazón. Entonces, Rob seguirá por un tiempo en solitario con su negocio hasta que conoce a Benjamin Merlin, un médico judío, y queda sorprendido por sus habilidades curativas lo que le animan a convertirse en médico. Pese a la insistencia de Rob, Merlin no lo toma como aprendiz por miedo a la inquisición. Entonces Rob acude a un médico cristiano y comprueba que los médicos ingleses de la época practican técnicas muy arcaicas y que los mejores médicos, como Merlin, son los que han estudiado las técnicas que se imparten en los países musulmanes. Pero a causa de los conflictos bélicos en estos países no se acepta como estudiantes a los cristianos y además la Iglesia condena cualquier contacto e influencia con dicha cultura.
A pesar de todo, Rob, llevado por su pasión por aprender a sanar decide viajar a la mejor escuela donde enseña el mejor médico de la época: Ibn Sina o Avicena, en Ispahán, Persia. Para ello se hace pasar por judío, adoptando el nombre de Jesse ben Benjamin, ya que no podría hacerlo como cristiano. Se integra en una caravana hacia oriente y durante el largo camino aprende a hablar en persa. Al llegar a la madraza de Ispahán es rechazado por no contar con los conocimientos ni el dinero necesario para estudiar allí. Su insistencia consigue que lo golpeen y lo encarcelen. Al salir de la cárcel apaleado y desesperado se presenta en la audiencia a Sha. El arrojo de Rob tiene éxito, porque en el camino ambos se habían conocido durante una cacería del Sha. El soberano le concede una dote que le permitirá sufragar sus estudios de medicina y vivir en la ciudad.
La admisión no es más que el principio de un arduo camino para convertirse en médico, ya que además de sus estudios de medicina Rob debe pasar exámenes de filosofía, derecho y aprenderse el Corán de memoria, lo que le pone en inferioridad de condiciones con los demás estudiantes que han estudiado esas materias desde niños. Pese a todo, su afán lo convierte en uno de los mejores estudiantes y el favorito del propio Avicena, que le descubre que comparte su don. Por ello, lo manda a combatir una epidemia de peste en una alejada ciudad del reino. Así se reencontrará con la hija de un comerciante de ganado escocés a la que conoció durante su viaje. Ambos formaran una familia.
Rob mantiene frecuente contacto con el Sha en calidad de protegido suyo y cuando consigue convertirse en médico se incorpora como médico militar al ejército de Sha en una campaña militar contra la India. El fallecimiento de Avicena y derrocamiento del Sha que se produce tras una guerra posterior y acontecimientos que se desatan llevan a Rob a dar por finalizada su etapa en Persia y decide regresar a su tierra.
A su regreso a Londres consigue desatar las envidias y recelos de los médicos locales y un desafortunado encuentro con un comerciante que lo conoció en Persia bajo su identidad de judío, lo conducen ante un tribunal eclesiástico acusado de suplantación de identidad. Allí se encuentra a uno de sus hermanos pequeños, que forma parte del tribunal, pero que lejos de recibirlo con afecto, le hace saber que no quiere estar involucrado con alguien que va a ser condenado por suplantar la identidad de un cristiano o bien por quebrantar la prohibición de estudiar entre los infieles. Ante la imposibilidad de defenderse Rob huye a Escocia con su familia donde practicará la medicina el resto de su vida en la pequeña aldea de pastores del clan de su mujer.