En tiempos de crisis, donde abunda la negatividad, vamos a intentar ver también lo positivo. Podemos dedicarle más tiempo a la familia y yo personalmente también a la lectura que hacía años que no lo hacía.
Siglo XIV. La ciudad de Barcelona se encuentra en su momento de mayor
prosperidad; ha crecido hacia la Ribera, el humilde barrio de los
pescadores, cuyos habitantes deciden construir, con el dinero de unos y
el esfuerzo de otros, el mayor templo mariano jamás conocido: Santa
María de la Mar. Una construcción que es paralela a la azarosa historia
de Arnau, un siervo de la tierra que huye de los abusos de su señor
feudal y se refugia en Barcelona, donde se convierte en ciudadano y, con
ello, en hombre libre. El joven Arnau trabaja como palafrenero,
estibador, soldado y cambista. Una vida extenuante, siempre al amparo de
la catedral de la Mar, que le iba a llevar de la miseria del fugitivo a
la nobleza y la riqueza. Pero con esta posición privilegiada también le
llega la envidia de sus pares, que urden una sórdida conjura que pone
su vida en manos de la Inquisición... La catedral del mar es una trama
en la que se entrecruzan lealtad y venganza, traición y amor, guerra y
peste, en un mundo marcado por la intolerancia religiosa, la ambición
material y la segregación social. Todo ello convierte a esta obra no
solo en una novela absorbente, sino también en la más fascinante y
ambiciosa recreación de las luces y sombras de la época feudal.